
Información relacionada: Web Voluntariado Mundial
Cada mes de octubre se realiza una campaña internacional para crear conciencia sobre el cáncer de mama y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos. En la Argentina, la prevención y el control del cáncer es una política de Estado a partir de la creación, en 2010, del Instituto Nacional del Cáncer (INC) bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación.
Con el objetivo de disminuir la mortalidad por esta enfermedad y mejorar la atención de las pacientes, el Programa Nacional de Control del Cáncer de Mama del INC ha desarrollado estrategias de control de calidad de las mamografías con el objetivo de que se incremente la efectividad de los procedimientos de detección y diagnóstico, que son fundamentales para el tratamiento y la cura.
El cáncer de mama es un problema de salud pública en muchos países y también en la Argentina, tanto por la cantidad de mujeres que son afectadas como por las complejidades que impone su control. En nuestro país el cáncer de mama es el que tiene más altos índices de incidencia y mortalidad entre las mujeres, con 18.000 nuevos casos y 5.400 fallecimientos cada año.
La detección temprana es fundamental para el tratamiento y la cura del cáncer de mama. Todas las mujeres sanas, que nunca hayan padecido enfermedades en la mama ni tengan antecedentes familiares, deben realizarse una mamografía cada dos años, especialmente entre los 50 y los 70 años.
Las estrategias elaboradas por el organismo dependiente de la cartera sanitaria nacional apuntan a tanto a realizar los controles y el diagnóstico de manera oportuna como a asegurar que las personas diagnosticadas reciban un tratamiento adecuado.
Según precisó la doctora María Viniegra, coordinadora técnica del INC y responsable del Programa Nacional de Control del Cáncer de Mama, “se trata de un objetivo ambicioso, a largo plazo, que requiere del trabajo en tres ejes principales: control de calidad, cobertura y monitoreo”.
El control de calidad implica que los procedimientos de detección, diagnóstico y tratamiento que requieran las mujeres a riesgo, con sospecha de cáncer o con cáncer confirmado, tengan la calidad necesaria para asegurar los mejores resultados. “Si la mamografía no ha sido correctamente realizada, la biopsia no está bien informada o el tratamiento no se aplica en tiempo, las posibilidades de curación disminuyen y por lo tanto aumenta el riesgo de morir por cáncer de mama”, puntualizó Viniegra. “Es frecuente confundir calidad con tecnología cara o moderna, cuando en realidad se trata de cosas bastante menos complicadas, como el adecuado mantenimiento de los equipos, las condiciones de los reactivos que se emplean y el entrenamiento del personal técnico y médico”.
La cobertura es la capacidad que tiene un programa para llegar a la gente que lo necesita. La mayor parte de la población sabe que tiene que cuidar su salud, pero no todos tienen las mismas oportunidades de hacerlo. En este sentido, el programa debe trabajar en pos de eliminar las barreras que impiden el acceso a la cobertura como la falta de información, la falta de tiempo, la sobrecarga por trabajo, hijos, familiares a cargo, la falta de dinero para llegar al hospital y las diversas complicaciones para acceder a las prestaciones del servicio de salud.
El tercer eje al que apunta el Programa de Control del Cáncer de Mama es la implementación de un sistema de monitoreo que brinde datos sobre cuántas mamografías se han realizado, a cuántas mujeres, a qué edad y cuántos cánceres se han diagnosticado. Esta información resulta indispensable para lograr calidad en los estudios de mamografía. “Si no podemos evaluar qué porcentaje de nuestros objetivos cumplimos, probablemente estemos gastando el tiempo y el dinero en forma insensata -indica la especialista-. Es esencial contar con un sistema de monitoreo que nos permita saber dónde estamos parados y hacia dónde vamos”.
El día viernes 21 de Octubre, se realizará a partir de las 8.30 hs, la instancia provincial de las OLIMPÍADAS DE FILOSOFIA para seleccionar los ensayos que representaran a la Provincia de Santa Fe, en la instancia final que se desarrollará en la provincia de Tucumán en el mes de noviembre.
En la misma, los alumnos de distintas localidades de nuestra provincia, defenderán sus ensayos frente a un Jurado y Docentes, en un marco de reflexión y debate.
La jornada se llevará a cabo en las instalaciones del FORO SANTAFESINO, ubicado en Junín 3542
¿Cristóbal Colón descubrió América en 1492? ¿O antes que él, la descubrieron los vikingos? ¿Y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no existían?
Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos.
Los que allí vivían,¿eran ciegos?
¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos? Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía?
Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar.
Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón.
Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de la India.
Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte del Asia. El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se le darían 100 azotes, se le cobraría una pena de 10 mil maravedíes y se le cortaría la lengua. El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe. Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar.
Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela. Y retrataron a los americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente.
Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con caras de hombre y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las mujeres tenían rabos.
En la Guayana, según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho.
En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los suelos.
En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro Martín de Anglería las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de sus flechas.
Anglería, que escribió la primera historia de América pero nunca estuvo allí, afirmó también que en el Nuevo Mundo había gente con rabos, como había contado Colón, y sus rabos eran tan largos que sólo podían sentarse em asientos con agujeros.
El Código Negro prohibía la tortura de los esclavos en las colonias francesas. Pero no era por torturar, sino por educar, que los amos azotaban a sus negros y cuando huían les cortaban los tendones.
Eran conmovedoras las Leyes de Indias, que protegían a los indios en las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran la picota y la horca clavadas en el centro de cada Plaza Mayor.
Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en vísperas del asalto de cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos.
Pero este Requerimiento de Obediencia se leía en el monte, en plena noche, em lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima.
Hasta no hace mucho, el 12 de octubre era el Día de la Raza.
Pero, ¿acaso existe semejante cosa? ¿Qué es la Raza, además de una mentira útil para exprimir y exterminar al prójimo?
En el año 1942, cuando Estados Unidos entró en la guerra mundial, la Cruz Roja de ese país decidió que la sangre negra no sería admitida en sus bancos de plasma. Así se evitaba que la mezcla de razas, prohibida en la cama, se hiciera por inyección. ¿Alguien ha visto, alguna vez, sangre negra?
Después, el Día de la Raza pasó a ser el Día del Encuentro.
¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones?
Quizás el episodio más revelador de la historia de América ocurrió en el año 1563, en Chile. El fortín de Arauco estaba sitiado por los indios, sin agua ni comida, pero el capitán Lorenzo Bernal se negó a rendirse. Desde la empalizada, gritó:
-¡Nosotros seremos cada vez más!
-¿Con qué mujeres? -preguntó el jefe indio.
-Con las vuestras. Nosotros les haremos hijos que serán vuestros amos.
Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indios para alimentar el desarrollo capitalista de Europa.
Y los llamaron idólatras, porque creían que la naturaleza es sagrada y que somos hermanos de todo lo que tiene piernas, patas, alas o raíces.
Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan brutos eran los indios que ignoraban que debían exigir visa, certificado de buena conducta y permiso de trabajo a Colón, Cabral, Cortés, Alvarado, Pizarro y los peregrinos del Mayflower.
"Desaparezca la filosofía del despojo y desaparecerá la filosofía de la guerra", afirma el Comandante en Jefe Fidel Castro ante el XV Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, el 26 de septiembre de 1960.
Al abordar los problemas que preocupan a otros pueblos, en especial la paz, afirma:
"Para qué darle más vuelta a la cuestión. Este es el quid de la cosa, incluso, el quid de la paz y de la guerra, el quid de la carrera armamentista o del desarme. Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas".
En la histórica intervención, Fidel proclama el derecho del pueblo cubano a decidir su propio destino, sin injerencias extranjeras, y anuncia que en 1961 habría una campaña nacional de alfabetización .
Desconfiaba profundamente de las oligarquías locales, a las que llamaba "los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud". Tenía datos precisos de que ya estaban en contacto con la avanzada española para hacer negocios con las probables nuevas autoridades, de las que habían recibido la garantía de respetar sus propiedades. Belgrano no les dejó alternativa: o quemaban todo y se plegaban al éxodo, o los fusilaba.
El resto de la población colaboró fervientemente, perdiendo lo poco que tenían, que para ellos era todo.
Belgrano lanza su arenga: "Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, os he hablado con verdad (...) Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército a mi mando, si como aseguráis queréis ser libres".
Aquel impresionante operativo comenzó a principios de agosto de 1812. La gente llevaba todo lo que podía ser transportado en carretas, mulas y caballos. Se cargaron muebles y enseres y se arreó el ganado en tropel. Los incendios devoraron las cosechas y en las calles de la ciudad ardieron los objetos que no podían ser transportados. Sólo quedaron desolación y desierto.
Los voluntarios de Díaz Vélez, que habían ido a Huma-huaca a vigilar la entrada de Tristán y habían vuelto con la noticia de la inminente invasión, fueron los encargados de cuidar la retaguardia. El repliegue se hizo en tiempo récord ante la proximidad del enemigo. En cinco días se cubrieron 250 kilómetros y poco después la marca humana llegaba a Tucumán. Al llegar allí, el pueblo tucumano le solicitó formalmente a Belgrano que se quedara para enfrentar a los realistas. Por primera y única vez, Belgrano desobedeció a las autoridades, que querían obligarlo a bajar a Montevideo para combatir a Artigas, y el 24 de septiembre de 1812 obtuvo el importantísimo triunfo de Tucumán. Animados por la victoria, Belgrano y su gente persiguieron a los realistas hasta Salta, donde los derrotaron el 20 de febrero de 1813.
Belgrano sabía que estaba en el buen camino y conocía quienes eran sus aliados y quienes, sus enemigos. Así se lo hacía saber a su entrañable compañero, el valeroso estratega salteño Martín Miguel de Güemes: "Hace Ud. muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos, porque, ¿qué otra cosa deben ser los gobernantes que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público? Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria que es la recompensa que deben esperar los patriotas”.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar