martes, 20 de abril de 2010

Poder y Democracia


En la Comunidad Europea se utiliza a veces el término «déficit democrático» para justificar que se tomen las decisiones a un nivel en el que quedan fuera del alcance de cualquier órgano parlamentario. En la medida en que los órganos parlamentarios reflejan la opinión pública, no pueden ya hacerlo. Las decisiones se toman a nivel del FMI o del GATT, y a eso se le llama «déficit democrático». Y el ideal es procurar acrecentar el déficit al máximo, ¿comprenden?, para que aumente lo máximo posible. Y esto otorga una nueva forma de control sobre el público. Las decisiones se toman a un nivel en que no se puede influir a través de ningún tipo de instituciones representativas. De hecho, estas instituciones ni siquiera saben nada de ello, ¿comprenden? ¿Quién está enterado de lo que ocurre dentro del FMI o de las comisiones del GATT? La gente puede pensar que lo sabe, pero se equivoca. Si se examina de cerca lo que está pasando, es algo muy distinto en realidad. Y las decisiones que se toman a ese nivel tienen una influencia sobrecogedora sobre todos los aspectos de la vida: la inversión, el comercio, el medio ambiente, etc., sobre cualquier cosa que a uno se le ocurra, y se halla fuera del control de la población en general.
En Estados Unidos está sucediendo en este momento algo similar al Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio, que es un acuerdo interejecutivo del que el público lo ignora todo. Se ha mantenido secreto y el Congreso ha abdicado de cualquier responsabilidad, así que salió adelante sin problema. Ahora la gente protesta contra él, pero como si nada; ellos no hacen caso al Tercer Mundo.
No cabe duda de que será un gran filón de oro para los inversores, que meterán un montón de dinero en eso. Para los inversores estadounidenses y para sus colegas mexicanos. Es probable que suponga un desastre para la clase trabajadora, tanto en Estados Unidos como en México. Y puede muy bien degradar gravemente las normas medioambientales, el control de pesticidas, etc. En otras palabras: tendrá el objetivo previsto de reducir el nivel de vida de todos, salvo el de los muy ricos, hasta el grado más bajo posible, y de marginar a los ciudadanos.
En fin, éstas son tendencias claras y evidentes, y continuarán; eso es la democracia. En cuanto al capitalismo liberal (se está haciendo tarde, así que no dedicaré mucho tiempo a eso), lo cierto es que toda esa palabrería sobre capitalismo liberal y sistemas de mercado son sólo fantasías ensoñadoras. Si miramos atrás en la historia de la economía hay algunas lecciones muy claras; todo país rico y poderoso, sin excepción, ha conseguido serlo violando esos principios, violando radicalmente esos principios. Esto ni siquiera es discutible. Todo país que ha seguido tales principios ha sido un completo desastre. En realidad, en el único sitio donde se siguen es en el Tercer Mundo. De hecho están destinados a él, para que más fácil robar a la gente. Si un país sigue estos principios de mercado libre le robarán a manos llenas. De ahí precisamente que toda sociedad desarrollada, empezando por Gran Bretaña, haya destruido a sus competidores por la fuerza. Inglaterra destruyó las manufacturas textiles indias estableciendo elevadas barreras proteccionistas, se apoyó en la sustitución de importaciones, etc., etc., y así han seguido las cosas hasta el presente. (Noam Chomsky, Política y cultura a finales del siglo XX, pp.68-70)

Política y cultura a finales del Siglo XX de Noam Chomsky es uno de los libros que puede consultar en la Sala de Lectura del Foro santafesino, en el horario de 9:00 a 11:30 hs.

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